ALUMBRANDO NUEVO DISCO

Es una de las voces más singulares del rock en catalán, cosa que, ¡ay!, no siempre se traduce en éxito comercial. Larguirucho y divertido, Adrià Puntí es también un tipo coqueto que se niega a revelar su edad. En todo caso, el cantante ha vivido suficientes años como para tener recuerdos desagradables. En su vida, dice, hubo un verano especialmente malo: “No tener salud, estar encerrado en un hospital… es que eso es muy “heavy”. En verano, cuando estás enfermo te sientes aún más enfermo”.


-Dice que está un poco esquizoide con su próximo disco. ¿Cree que eso forma parte del proceso?

AP: A lo mejor sí. Y también puede que sea inherente a mí. Como dice Quimi Portet, hay que aprovechar los momentos guapos e inspirados cuando están en este proceso. Porque seguro que habrá momentos crudos, como en cualquier trabajo. No todo son “flors i violes”.

-¿Esta época del año le resulta especialmente buena para inventar canciones?
AP: En mi caso, cualquier época es buena para inventar. Hay días mejores y peores, pero la cuestión es estar con la antena bien puesta en todo momento. Yo funciono así.
Y cuando te pones a trabajar, algo te sale: será bueno o no, pero algo sale. Si estoy una temporada sin escribir y retomo el trabajo, cuando he hecho tres o cuatro letras… es que vuelas, ¿eh?, vuelas realmente.

-En el último Grec colaboró con Maria del Mar Bonet en la plaza del Rei, ¿cómo fue eso?
AP: Pues fue una experiencia curiosa, aunque entiendo que a algunas personas pudo parecerles un poco sorprendente. Esta historia viene de lejos. Cuando publiqué Pepalallarga i… alguien me comentó que a Maria del Mar Bonet le gustaba mucho la canción Mmmm quin fàstic, veeecss que bo. A mí se me ocurrió que un día podríamos cantarla juntos. Cuando participé en el Barnasants de 1999 la invité, y a ella le hizo mucha gracia; preparamos un par de temas y vino a cantar conmigo a Barnasants. Y en el Grec, pues mira, le devolví la moneda. Me invitó ella a la plaza del Rei. I yo, encantado de la vida.

-Sus mundos musicales son bastante diferentes…
AP: Evidentemente. Pero creo que la gente que estuvo allí pudo ver perfectamente el componente roquero de Maria del Mar Bonet. Pienso que un punto de rock casi todo el mundo lo tiene, no hace falta ir por ahí con una chapa y una guitarra eléctrica.


-¿Un concierto puede llegar a ser aburrido para el propio cantante? AP: Sí que me había ocurrido con mi anterior grupo, Umpah-Pah. Realmente había odiado tener que hacer un concierto. Era algo personal. Quizá necesitaba más espacio, y creo que este era uno de los puntos de conflicto que teníamos planteados en la banda, aunque no fue el determinante de la disolución del grupo. Fue una decisión de todo el conjunto, no sólo mía. Ahora mismo, como Adrià Puntí, no me aburro en absoluto. Yo lo que quiero es tocar. Tocaría seis días a la semana, si no siete. Me divierto realmente.


-¿Se tomará unas vacaciones?
AP: Es que yo durante el año tengo muchos días de vacaciones. Y aunque a veces hago mucho el perro, la cabeza siempre está funcionando. Hace un par de navidades fui a Italia, pero invertí las vacaciones en inspiración: me llevé la guitarra, unos cuantos papeles, y a trabajar. No sólo hice canciones para mí: también para otra gente, y hasta canciones para niños.

-¿Canciones para niños?
AP: Pues sí. Estaba inspirado y me salieron cinco en un día. Son para otra gente, aunque esto no quiere decir que no acabe cantando alguna yo también. ¿Por qué no? Yo nunca he ido de colonias, pero conocí una gente que estaba montando un grupo de animación. Gente con talento, pero que a la hora de hacer canciones veían una montaña muy alta y muy vertical. Y el repertorio que les hice les está sirviendo: igual sacan un disco y todo…

-Le pago un viaje. ¿Adónde va?
AP: ¿Me lo paga de verdad?

-No.
AP: Ah, bueno ¡ja, ja! Una vez soñé que ganaba 300 millones y las pasaba muy putas. Montaba un negocio y no me salían los números. Al día siguiente, fui a jugar una partida de billar a casa de mi vecino y se lo comenté. Le dije: “Lo he pasado tan mal…” Y él : “Pues si otra vez sueñas que te tocan 300 millones, ¡cógelos! , ¡ja, ja!

-Volvamos al viaje…
AP: Pues me iría a Venezuela, por ejemplo. Todo eso de la selva amazónica debe ser fantástico. Yo tenía un tío allá, que murió hace poco. Se fue a hacer fortuna a La Habana… pero en Venezuela. Aunque no sé si se hizo muy rico o no. A mí no me ha llegado ni un duro, desde luego.


(Entrevista realitzada per Donat Putx - la Vanguardia – 5 de setembre de 2000)